Los extravagantes motivos orientales se dejan sentir en cada movimiento de este juego de Solitario. Cualquier carta puede jugarse con otra de valor superior, respetando el naipe elegido. Esta regla se aplica a las bases con reyes y ases. Una casilla vacía se convertirá en un escondite para cualquier elemento, facilitando la manipulación del material de "cambio" de la baraja. Antes de llegar a un punto muerto lógico, el repartidor de cartas electrónico le permitirá acceder al contenido de la prensa común de cartas tres veces, pero después de todos los intentos, perderás si no haces algún progreso tangible. El éxito, por tanto, depende en gran medida de la atención.